domingo, 28 de abril de 2019

La Práctica del Reiki


La práctica del reiki se fundamenta en la acción de una persona, llamada emisor o canal. A través de sus manos -o de otros métodos, según el nivel-, el emisor dice transmitir el reiki (fuerza natural que nos da vida) a un receptor, con el fin propuesto de paliar o eliminar molestias y enfermedades. Dado que el reiki sería una energía universal, supuestamente se transmite a humanos, a otros seres vivos, como animales y plantas y a determinadas situaciones.

Algunos maestros de reiki afirman que esta práctica tiene ciertas contraindicaciones.

No debe aplicarse durante operaciones, debido a la propia naturaleza del reiki, que consiste en reparar los daños existentes en el receptor. Podría frenar las hemorragias, interfiriendo en los cortes de sangrado y limpieza que realiza el cirujano. De igual forma, si el paciente estuviera sedado, el reiki podría ayudarle a expulsar las toxinas de la sedación, despertándole antes de tiempo. Sin embargo, sí consideran recomendable una sesión de reiki antes y/o después de la operación.

Los maestros afirman que el reiki permite acelerar el proceso de cicatrización ósea y por lo tanto el soldado de las fracturas. Por este motivo sólo es recomendable aplicar reiki a un fracturado después de que los huesos hayan sido debidamente acomodados e inmovilizados por un traumatólogo. En todo caso el reiki puede aplicarse a través del yeso u aparato inmovilizador.
Sin embargo, otros maestros defienden que el reiki sabe en todo momento qué debe hacer, cómo debe actuar, dónde debe dirigirse y en ningún caso actuará negativamente.

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